Que la luz del amor y la gratitud que Juan Pablo Peña Puig sembró continúe guiando nuestros caminos, recordándonos la importancia de la resiliencia y el coraje. En su memoria, abrazamos la paz interior que nos fortalece, renovando la esperanza en cada nuevo amanecer. Sigamos adelante con valentía, sabiendo que el amor perdura más allá del tiempo.
Sus funerales se efectuaron ayer en Temuco. Abrazamos a su madre, hermanos, esposa e hijas.