En el legado de María Eugenia Urbina Aravena perdura un canto de amor eterno que nos inspira a abrazar la vida con coraje y gratitud, a cultivar la resiliencia en tiempos de adversidad y a hallar la paz en la luz de la esperanza. Que su memoria nos guíe hacia un mañana lleno de bondad y compasión.
Sus funerales se realizaron el 23 de octubre de 2024 en el Cementerio Parque Santa Clara de Huechuraba.