En el legado de María Ximena Cox Ureta perdurará su amor incondicional, su coraje inquebrantable y su resiliencia inspiradora. Que su vida nos enseñe a abrazar la gratitud por cada instante, a cultivar la esperanza en medio de la adversidad y a encontrar la paz en nuestros corazones. Recordémosla con cariño, honrando su valentía y bondad, y sigamos adelante con la certeza de que el amor trasciende la distancia y el tiempo. Que su recuerdo nos guíe en el camino, recordándonos que la luz de su espíritu brillará siempre en nuestras vidas.
Agradecemos a todos quienes de una u otra forma nos acompañaron y los invitamos a recordarla y orar por ella.Manuel Valdés Valdés y familia