En memoria de José Eduardo Valencia Pacheco, recordemos que en cada amanecer hay una oportunidad para abrazar con amor y gratitud la vida que sigue. Que su coraje inspire nuestra resiliencia y su paz nos guíe en momentos de incertidumbre. Aunque las lágrimas se mezclen con la sonrisa, recordemos que el amor perdura en cada pequeño gesto y que la esperanza siempre florece en los corazones valientes. Que su legado sea un faro de luz en la oscuridad, recordándonos que el amor es eterno y que en cada nuevo día podemos encontrar renovadas razones para seguir adelante.
Invitamos a familiares y amigos a orar por su vida eterna.La familia