En el recuerdo de Hernán Jiménez Suárez, que vivió con amor y coraje, encontramos la fortaleza para seguir adelante con resiliencia y gratitud en nuestros corazones. Sus pasos guiados por la paz ahora iluminan nuestro camino, recordándonos que cada amanecer es una oportunidad para abrazar la vida con esperanza y generosidad. Que su legado nos inspire a cultivar la bondad en todo lo que hacemos, a ser valientes en la adversidad y a encontrar la luz en los momentos de oscuridad. En su memoria, florece el amor eterno que trasciende el tiempo y el espacio.
Comunidad Colegio Arrayanes