En la memoria de Carlos Efraín Romero Díaz, recordemos que el amor y la gratitud son luz en nuestro camino. Con coraje aceptamos el dolor, y con resiliencia abrazamos la esperanza. Cada lágrima derramada es un tributo a la vida vivida, y cada suspiro es un canto a la fortaleza del espíritu humano. En medio del duelo, encontramos paz en los recuerdos preciosos que nos legó. Que su memoria sea un faro de amor y enseñanzas, inspirándonos a vivir con pasión y compasión. En cada amanecer, renovemos nuestro compromiso de vivir plenamente, con amor y esperanza.
Sus funerales se realizaron el 12 de noviembre en el Cinerario del Cementerio Parque del Recuerdo.