En el jardín de la vida, las semillas que plantamos con amor y humildad florecen eternamente en la serenidad de nuestros corazones, recordándonos que la esperanza es la luz que guía nuestro camino, y que el amor es el puente que une nuestras almas en la eternidad. Que la memoria de Fernando Martino Mendiluce sea un faro de inspiración, recordándonos que cada paso que damos con bondad y gratitud siembra semillas de esperanza que florecen en la eternidad. Que su legado nos enseñe a abrazar la vida con gratitud y valentía, sabiendo que en cada amanecer hay un nuevo comienzo lleno de amor y posibilidades infinitas.
Publicado el
2 de mayo de 2019