En la llanura de la vida, cada semilla de bondad que sembramos florece en un jardín eterno de amor y esperanza. Que la memoria de Adolfo Faivovich Schapira nos inspire a cultivar la humildad en cada paso, a abrazar la serenidad en cada desafío, y a regar con paciencia cada sueño, sabiendo que en cada brote hay un rayo de luz que nos guía hacia un mañana lleno de esperanza y gratitud. Que su legado nos recuerde que, en la grandeza de lo simple, encontramos la verdadera esencia de la vida.
Sus funerales se realizaron el martes 30 de abril.Familia Bronfman Faivovich