En el legado de Mariela Harrison Gandarillas encontramos un faro de amor inquebrantable, coraje para enfrentar desafíos, resiliencia en tiempos oscuros, gratitud por las pequeñas alegrías y paz en medio de la tormenta. Su luz perdura en cada alma que tocó, recordándonos que en los momentos de incertidumbre, podemos hallar fortaleza en la unión, consuelo en la esperanza y renovación en la fe. Que su espíritu guíe nuestros pasos, inspirándonos a abrazar la vida con valentía, amar con generosidad y cultivar un futuro lleno de promesas y posibilidades.
Sus funerales se efectuaron ayer en el Cementerio de Concón.