Con el amor que sembró Javier, dejemos crecer la resiliencia en nuestros corazones, recordando su coraje y gratitud en cada paso. En su legado hallamos la fuerza para abrazar la vida con esperanza y paz, nutriendo nuestras almas con su bondad eterna. Que su luz guíe nuestros caminos, inspirándonos a ser compasión en tiempos de desafíos y generosidad en tiempos de necesidad. Recordemos siempre que el amor que compartimos nunca se desvanece, viviendo con la certeza de que cada día es una oportunidad para sembrar semillas de esperanza y alegría en el mundo.