En memoria de Ana Albertina Alacid Salazar, recordemos que el amor y la gratitud son semillas que cultivan la paz en nuestro interior. Que su coraje y resiliencia nos inspiren a seguir adelante con esperanza, recordando que cada amanecer trae consigo nuevas oportunidades para crecer y sanar. En los momentos de oscuridad, busquemos la luz en los recuerdos compartidos y en las pequeñas alegrías cotidianas. Que su legado perdure en nuestros corazones, recordándonos que el amor nunca muere y que la esperanza siempre florece, incluso en los momentos más difíciles.
La recordaremos con mucho amor y gratitud.