En la suave brisa del recuerdo de Inés, se encuentra la fortaleza para seguir adelante con amor en el corazón y esperanza en el horizonte, recordando que cada paso en la vida es un regalo, cada sonrisa es un rayo de luz y cada lágrima es una semilla de fortaleza. Que su camino ilumine el nuestro, guiándonos con humildad y serenidad hacia un mañana lleno de promesas por cumplir, y que su legado de amor perdure en cada latido, recordándonos que en la oscuridad siempre habrá un brillo de esperanza esperando ser descubierto.