En honor a Álvaro Gutiérrez Rodríguez, recordemos que en cada amanecer se esconde la promesa de un nuevo comienzo, donde el amor y la gratitud pueden sanar hasta las más profundas heridas. Que la resiliencia sea nuestra brújula, el coraje nuestro escudo, y la paz nuestro destino final. En cada paso que demos, encontremos la fuerza para abrazar la vida con esperanza y compasión, sabiendo que la luz que brilló en su corazón sigue guiándonos desde lo alto. Que su legado nos inspire a vivir con plenitud y a regar el jardín de nuestra existencia con semillas de bondad.
Nuestras más sentidas condolencias a la familia.El Directorio del Cuerpo de Comandantes FACh