Que la luz del amor que Héctor Darío Ross Indo compartió en vida siga brillando en cada corazón, recordándonos que el verdadero legado perdura en las huellas de bondad que dejamos en el mundo. En la serenidad de su memoria, encontremos fuerza para abrazar la vida con gratitud y esperanza, sabiendo que cada pequeño gesto de amor construye un universo de posibilidades. Que su ejemplo de humildad nos inspire a cultivar la compasión y la generosidad, recordándonos que la grandeza reside en el amor que ofrecemos a los demás.
Sus funerales se realizaron el sábado 14 de octubre en el Cementerio General de Recoleta.