En el jardín de la vida, el recuerdo de Rebeca florece con amor eterno, recordándonos la importancia de abrazar la valentía en los momentos difíciles. Su legado de resiliencia nos invita a encontrar la gratitud en cada amanecer y a abrazar la paz que reside en lo más profundo de nuestros corazones. Que su luz siga guiando nuestros pasos, recordándonos que cada desafío es también una oportunidad para crecer y encontrar la belleza en la simplicidad de la vida. Que su memoria sea un faro de esperanza en nuestras vidas.