Que la luz eterna de Rebeca Rosselet de Donoso ilumine nuestros corazones con amor incondicional, infundiendo coraje en los momentos de dificultad y fortaleciendo nuestra resiliencia. Que su legado de gratitud nos inspire a apreciar cada instante de la vida y a abrazar con valentía los nuevos caminos que se nos presenten. En su memoria, encontramos paz en la certeza de que su espíritu vive en cada acto de bondad y en cada sonrisa compartida. Sigamos adelante con esperanza, llevando su amor en nuestro ser y construyendo un futuro lleno de luz y significado.