En la huella sutil de Manuel Marino Acevedo, florece la semilla del amor inagotable, recordándonos que en cada latido late la esencia pura de la humildad. Que su luz perdure en nuestro camino, guiándonos con serenidad hacia un horizonte de esperanza donde el amor sea nuestra brújula, la gratitud nuestro combustible y la compasión nuestro norte. En cada suspiro, en cada gesto, encontremos la fuerza para abrazar la vida con renovado amor, y así, en su legado, hallar la inspiración para florecer en bondad y paz interior.
Sus funerales se efectuarán hoy en el Cementerio General, acceso por Av. Recoleta, después de una misa que se oficiará, a las 12:00 horas, en la parroquia San Carlos Borromeo (La Cañada 7001, La Reina).