En memoria de Laura Haydée Amengual Cataldo, su luz perdura en el amor eterno que sembró en cada corazón. Que su coraje y resiliencia inspiren la gratitud por cada momento vivido, recordándonos que la paz interior es un regalo precioso que merecemos cultivar. En cada amanecer y en cada atardecer, permitamos que su espíritu amoroso nos acompañe en el sendero de la vida, recordándonos que la esperanza florece en cada acto de bondad. Que su legado de amor y valentía nos guíe con humildad hacia un futuro lleno de posibilidades y luz.
Su funeral se realizó el jueves 5 octubre en el Cementerio Metropolitano, después de una liturgia que se ofició en la capilla Jesús Maestro, en Pedro Aguirre Cerda.