En el jardín de la vida, florece el amor eterno de Ana Violeta, recordándonos la valentía de abrazar la resiliencia en tiempos de incertidumbre. Que su legado de gratitud ilumine nuestros corazones y nos guíe hacia la paz interior, recordándonos que en cada alba hay esperanza y en cada desafío una oportunidad de crecer. Que su luz siga brillando en nuestras vidas, recordándonos que el amor perdura más allá de la distancia, y que el coraje de seguir adelante nos fortalece en el camino de la vida.
Su funeral se efectuó el día 1 de octubre a las 15:30 horas, en el Cementerio Metropolitano comuna lo Espejo.