En la sinfonía de la vida, cada silencio es una pausa para reflexionar, cada nota una oportunidad para encontrar paz en el corazón. Que el legado de Alejandro Hartwig Carte nos inspire a vivir con humildad, a amar con generosidad y a abrazar la esperanza con serenidad, recordando que incluso en los momentos más oscuros, la melodía de la vida sigue sonando. Que su recuerdo sea un faro de luz en medio de la tempestad, recordándonos que en cada compás hay espacio para la belleza y la renovación.
Fernando Hartwig Iturriaga y familia