En memoria de Mario Sapag Hagar, recordemos que en cada amanecer florece la esperanza, que el amor y la gratitud sean nuestros acompañantes, que el coraje guíe nuestros pasos y la resiliencia fortalezca nuestro espíritu. En medio de la tristeza, encontremos la luz que nos cobija con paz, recordando que cada momento es un regalo que nos invita a seguir adelante con fe. Que su legado inspire en nosotros la valentía de abrazar la vida con sinceridad y la humildad de reconocer la belleza en cada paso dado.
El domingo 30 de junio se oficiará una misa, a las 11:30 horas, en la iglesia del Espíritu Santo del Santuario de Schoenstatt (La Concepción 7626, La Florida), en la que se rezará por su eterno descanso.Amalia Muñoz de la Peña Bueno