En el legado de Jaime Allende Urrutia perdura un faro de amor, que ilumina nuestros caminos con coraje y resiliencia. Que su vida nos inspire a abrazar cada día con gratitud, a enfrentar los desafíos con valentía y a cultivar la paz en nuestros corazones. Que su memoria sea un recordatorio de que, incluso en la oscuridad, la esperanza florece como un jardín de nuevas posibilidades. Sigamos adelante con fe y amor, honrando su espíritu eterno y construyendo un mañana lleno de luz y esperanza.
Sus funerales se realizaron ayer jueves 20 en el Cementerio General.Familia Marín Cerda