En el jardín de la vida, las raíces de Juana María perduran como un canto de humildad y fortaleza, recordándonos que en cada flor marchita florece el renacer del amor y la esperanza, invitándonos a abrazar la serenidad del presente con gratitud y valentía, sabiendo que en cada amanecer hay un camino de luz y paz por recorrer, inspirados por su eterno legado de bondad y generosidad. Que su memoria sea un faro de esperanza que ilumine nuestros días, recordándonos que en cada desafío y en cada sonrisa, podemos encontrar la belleza de la vida.
Publicado el
30 de abril de 2019