Que la luz que sembró Cecilia Méndez Susaeta en este mundo siga brillando en cada corazón que tocó, recordándonos que en la humildad y la serenidad encontramos la verdadera grandeza del espíritu. Que su legado nos inspire a abrazar con amor cada nuevo amanecer, sabiendo que en cada desafío hay una oportunidad para crecer y encontrar la paz interior. Que su memoria nos impulse a seguir adelante con esperanza, confiando en que el amor que compartimos perdura más allá de las palabras, guiándonos hacia un futuro lleno de luz y bondad.
Publicado el
30 de abril de 2019