En el jardín de los recuerdos, el amor y la gratitud por Rosa Barúa de Aramburú florecen eternamente, inspirando coraje en tiempos de adversidad. Su legado de resiliencia nos invita a abrazar la vida con valentía, sabiendo que la paz interior puede hallarse en la más pequeña chispa de esperanza. Que su memoria sea un faro de luz en la oscuridad, recordándonos que cada amanecer nos ofrece la oportunidad de escribir nuevos capítulos llenos de amor y bondad. ¡Que su espíritu generoso guíe nuestros pasos con la certeza de un mañana mejor!
Sus funerales se efectuaron en privado, en Lima, Perú.Ernesto Aramburú Barúa Mónica Valenzuela y familia