En honor a María Olga Mardones Gallardo, recordemos que en cada amanecer encontramos la fuerza para abrazar con gratitud la vida, en cada lágrima hallamos la valentía para seguir adelante con esperanza y en cada suspiro descubrimos la resiliencia que nos conecta con la paz interior. Que su legado de amor y coraje nos inspire a transitar este camino con pasos firmes y corazón abierto, recordando que cada día es una oportunidad para florecer, para sanar y para abrazar la luz que vive en lo más profundo de nuestra alma.
Sus sobrinas: Carolina Cotapos Ángeles, Ignacia y Francisca Ovalle y sus sobrinos nietos