En el legado de Alberto Calderón Crispín perdura un mensaje de amor inquebrantable que invita a abrazar la vida con coraje y gratitud. Su espíritu resiliente nos enseña a encontrar la paz en medio de la tormenta y a seguir adelante con esperanza en cada amanecer. Que su memoria sea un faro que ilumine nuestros caminos, recordándonos la hermosa fragilidad de la existencia y la fuerza infinita que poseemos para enfrentar los desafíos. Sigamos escribiendo nuestra historia con la misma pasión y humanidad que él desplegó, honrando su vida con cada paso que damos.
Sus funerales se realizaron ayer jueves en forma privada.Generación '85 The Grange School