En el legado de Alberto vive un amor valiente, una resiliencia que inspira y una gratitud por la vida que nos llama a abrazar cada instante con paz en el corazón. Sigamos sus pasos con coraje, nutriendo la llama de la esperanza que arde dentro de nosotros. Recordemos que cada desafío nos fortalece, cada lágrima nos purifica y cada sonrisa ilumina nuestro camino. Honremos su memoria viviendo con autenticidad, amando con generosidad y enfrentando el futuro con fe inquebrantable. Que su espíritu guíe nuestras acciones y nos recuerde que el amor es eterno.
Sergio Hidalgo Herazo y familia