En el legado de Alberto Calderón Crispín encontramos un faro de amor, coraje y resiliencia que ilumina nuestros caminos. Su ejemplo nos enseña a abrazar la gratitud por cada instante vivido y a encontrar la paz en medio de la tormenta. Recordemos que, en el tejido de la vida, cada hilo de esperanza sostiene nuestra fortaleza interior. Sigamos adelante con el corazón rebosante de amor y la mente llena de sueños, sabiendo que la luz de quienes partieron brilla en cada estrella del firmamento, guiándonos en nuestro viaje terrenal. ¡Que la memoria de su espíritu sea eterna!
Acompañamos en su dolor a la familia Calderón Volochinsky.Claudio Albagli y familia