En memoria de Alberto Calderón Crispín, recordemos que en cada amanecer hay una oportunidad para abrazar el amor y la gratitud, para demostrar coraje y resiliencia, y para encontrar paz en los momentos difíciles. Que su legado nos inspire a seguir adelante con esperanza en nuestros corazones, sabiendo que cada paso que damos nos acerca un poco más a la luz. Que su recuerdo sea el faro que ilumine nuestro camino, recordándonos que, aunque la vida pueda ser dura, siempre hay belleza y bondad en ella. ¡Sigamos con valentía y amor!
Francisco Irarrázaval Mena y familia