Que la luz del amor y la gratitud que sembró Luis Alberto Pino Peralta siga brillando en cada corazón, recordándonos la belleza de la vida. Su coraje y resiliencia nos inspiran a abrazar cada día con esperanza y valentía, transformando obstáculos en oportunidades. Que su legado nos enseñe que la paz interior es el tesoro más preciado, capaz de iluminar el camino en la oscuridad. Sigamos adelante con fe y amor, sabiendo que cada momento es una oportunidad para amar, crecer y ser agradecidos. Que su memoria sea un faro de esperanza inagotable.
Sus funerales se realizaron ayer 3 de junio en el Cementerio Parque del Sendero de Maipú.