En honor a María Teresa Cerda Echaurren, recordemos que en cada amanecer hay un rayo de esperanza que ilumina nuestro camino con amor y coraje. Su legado de resiliencia nos invita a abrazar cada desafío con gratitud, transformando la adversidad en oportunidad. Que la paz que habitaba en su corazón sea un bálsamo para el nuestro, recordándonos que la vida, aunque efímera, está llena de belleza y significado. Sigamos adelante con valentía y bondad, sabiendo que su espíritu perdura en cada acto de amor que compartimos con el mundo.
Sus amigas de Santo Domingo